Cada vez que viene una nueva pareja acude a mi para que le haga sus fotos de boda, empieza un nuevo reto para mi y eso es algo que me fascina… Se establece una especie de conexión especial con la que se consigue transmitir, a través de una fotografía, toda la esencia de la pareja y toda su historia.
Hacer las fotos de preboda es un desafío, siempre lo es y siempre lo será. No conoces del todo a la pareja, no sabes que les gustas, si vas a conectar con ellos o no y me repito es un gran desafío (pero es uno muy bonito y que, en este caso, ellos me pusieron fácil).
Mila y Mario se casan el próximo sábado 3 de septiembre y estoy segura de que todo lo que hagan en la vida lo harán con amor e ilusión. Ellos son unos enamorados de la película Isla Mínima. Siempre pido que me digan algunas cosas con las que se identifican para hacerlo todo más fácil y su respuesta fue nos encanta Marruecos y la peli de la Isla mínima, mi compi Santi de Cayuela videos se quedo con Tánger (estoy deseando ver lo que hiceron) y yo me quede con la peli. Así que decidí llevarlos a una salina con un aspecto abandonado… Y ahí estábamos los tres, rodeados de montañas de sal y un precioso atardecer.
Si no habéis visto aún la peli de la Isla Mínima muy mal eh, pero os cuento un poco de que va, es una película en la que se refleja la España en los años 80, es una película policiaca en la que dos agentes se van de misión al sur del país para resolver el caso de unas chicas que habían desaparecido… Es una película categorizada como cine negro, de crimen, de asesinos… La verdad que ese género y “amor” de primeras no casaban. Pero los resultados no pueden desprender más compenetración, ternura, confianza y sentimientos… Han sido ellos, y su complicidad, los que han conseguido este bonito resultado del que la verdad es que estoy muy contenta.
Los colores que hemos obtenido son fascinantes, realmente hemos conseguido entre los tres plasmar eso que ellos buscaban. Y compartir con ellos momentos íntimos y especiales me ha encantado… Y sobre todo, lo que más me ha gustado, ha sido el disfrutar con ellos de una tarde, sentada encima de una salina “abandonada” charlando de la vida, de su boda, de ellos y de mi.
Queridos futuros marido y mujer, solamente os puedo decir que me hallo enamorada de vosotros, de vuestra sesión, de vuestra confianza y solo os puedo dar las gracias. Sois una pareja encantadora por lo que… ¡VIVAN LOS NOVIOS! Y espero que se cumpla ese final que caracteriza a todos los cuentos, estoy segura de que esta historia terminará con un “fueron felices y comieron perdices…”